El 29/03/2011 el Parlamento Europeo anunció en un comunicado de prensa bastante virulento que las negociaciones con el Consejo sobre la revisión de la legislación comunitaria que regula la comercialización de nuevos alimentos habían fracasado. Debido a la oposición de los Estados, estos alimentos podrán seguir comercializándose en la Unión Europea sin que los consumidores lo sepan, lo que plantea problema o, al menos, suscita cuestiones en cuanto a la seguridad alimentaria.