El 20 de marzo de 2002, la Comisión europea adoptó, en el marco de la estrategia de Lisboa, una propuesta de Directiva relativa «a las condiciones de trabajo de los trabajadores temporales» a fin de proporcionar un nivel mínimo de protección para los trabajadores temporales. La propuesta de Directiva establecía el principio de no discriminación entre los trabajadores de agencias temporales y los trabajadores comparables de las empresas usuarias.