Plan de recuperación del crecimiento y del empleo de la Unión Europea
En el contexto de la crisis financiera y económica, los planes de recuperación se multiplican. Los Estados Unidos presentaron el suyo. Distintos Estados europeos hicieron lo mismo o se preparan a hacerlo. Y la Comisión Europea hizo público el 26/11/2008, un conjunto de medidas que calificó de “importante plan de recuperación del crecimiento y del empleo, con el fin de impulsar la demanda y de restaurar la confianza en la economía europea”. Esta presentación no convenció a todos los medias presentes en Bruselas cuando se anunció el Plan. En efecto, algunos opinan que este es insuficiente y observan que no se trata en realidad de un plan autonomo a nivel europeo sino, en grande parte, de una recopilación de medidas ya anunciadas por varios estados miembros que el Plan se limita, pués, a aprobar, dandoles un « toque» europeo. El Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, refuta ese comentario y recuerda que el plan " se basa en las propuestas de la Comisión del 29 de octubre, que conformaron la primera estrategia que iba más allá de un apoyo al sector financiero y que se extendía a los problemas de la economía real", antes de añadir : "Me complace constatar que dicho plan fue y sigue siendo la fuente de inspiración de las medidas anunciadas desde entonces por los Estados miembros".
Pués, si se dejan de lado las opiniones de los unos y de los otros acerca del alcanze de la iniciativa, cabe señalar, eso si, que dicho Plan es la segunda etapa de la repuesta de la Unión europea a la crisis. Después de las medidas adoptadas para solucionar la crisis financiera, la Comisión europea y la Presidencia francesa han abogado por una coordinación más estrecha de las politicas económicas de los Estados y de la Unión, ya que: “ Si no actuamos ahora, podríamos entrar en un círculo vicioso de recesión, caída del poder adquisitivo y de los ingresos fiscales, aumento del paro y mayores déficit presupuestarios", advertió el Presidente de la Comisión.
El plan consta de medidas a corto plazo para estimular la demanda, preservar el empleo y contribuir a restaurar la confianza y acciones a largo plazo para fomentar el crecimiento y permitir una prosperidad sostenible y duradera.
Las primeras, son medidas de estímulo fiscal « oportuno, específico y temporal » que representan unos 200 mil millones de euros, o sea más o menos 1,5% del Producto interior bruto (PIB) de la Unión Europea. 170 mil millones de euros proceden de los presupuestos de los estados, y el resto del presupuesto comunitario (fondos estructurales) a fin de finanzar proyectos en el marco de la cohesión económica y social, infraestrucuras, interconexiones en materia de energía y infraestructura de banda ancha, A tal efecto, el Pacto de estabilidad se aplicará con mayor « flexibilidad », es decir, usando de la posibilidad de aflojar las obligaciones en materia de nivel de deficit y de deuda pública.
Se da una prioridad “absoluta” a la protección de los ciudadanos europeos contra las consecuencias más dramáticas de la crisis financiera.
Deberán simplificarse los criterios del Fondo Social Europeo, y se reorientarán las ayudas hacia el apoyo en los más vulnerables y el desarrollo de las cualificaciones, la ayuda comunitaria podiendo representar, en caso necesario, el coste completo de los proyectos durante el período de aplicación del plan. El Fondo Europeo de Ajuste a la Globalización (FEAG) será revisado, y su presupuesto aumentará. Deberá intervenir de forma más rápida y se ampliará su ámbito de aplicación con el fin de que pueda ayudar a los trabajadores a mantener su empleo o encontrar uno a quienes no lo tienen.Para ayudar el empleo, el plan preve que los Estados se comprometan en reducir las cargas sociales que soportan los empresarios en lo tocante a los ingresos más bajos y que se mantengan las disposiciones comunitarias que permiten aplicar un IVA reducido a los servicios intensivos en mano de obra.
Junto a estas medidas que se pueden aplicar rapidamente, el plan propone acciones a largo plazo. Se trata, en particular, de desarollar la cooperación entre los sectores público (gracias a una financiación comunitaria y nacional), y privado para impulsar tecnologías limpias apoyando la innovación a través de iniciativas como el coche verde europeo (financiación combinada de 5 mil millones de euros) o los edificios energéticamente eficaces (mil millones).
El plan europeo hace hincapié en las “inversiones inteligentes”, es decir, las inversiones en los ámbitos del futuro: educación, formación y reciclaje profesional, infraestructuras, rendimiento energético, producción de vehículos limpios, etc…
El Plan enfoca tambien en el apoyo a las PYME lo que supone no solo la atribución de ayudas financieras sino tambien reformas para simplificar los requisitos (por ej. eliminación del requisito de que las microempresas elaboren cuentas anuales), para facilitar su acceso a las licitaciones públicas, para garantizar que los poderes públicos abonen sus facturas en el plazo de un mes, etc… Así como las reglas del Pacto de estabilidad se volverán menos vinculantes, las reglas del derecho de competencia se interpretarán con más flexibilidad, para que los Estados puedan ayudar a las empresas.
Los Estados deben pronunciarse sobre el plan en el Consejo Europeo del 11 y 12 de diciembre.
28/11/2008
Saber más:
Documento de la Comisión - en francés -
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